Se acerca nuevamente el 8 de marzo, y me lleno de una energía sin igual, recuerdo la marcha del 2020 y sigo sin superar las emociones que viví caminando con otras mujeres y hombres. Por donde yo camine no hubo división, al contrario, me toco ver como la pareja de una de las mujeres cargaba a su hijo para que la madre pudiera sostener las pancartas con letras moradas reclamando a las que ya no están.
Se acerca esta fecha y las redes se tiñen de verde y morado, la marea de comentarios crece. Para apoyar a la distancia durante esta Pandemia comparto contenido referente al movimiento, una de estas imágenes decía: “Si en México se protegiera a las niñas y a las mujeres como se protegen los monumentos y las paredes, otra cosa sería.” (Facebook: Sorora), y como era de esperarse alguien escribió, comentó lo siguiente: “Es verdad, pero si se les protege se sienten menos”
Si, me enojé, lo platiqué con mi pareja y pude entender porque sentía lo que sentía. Me enojé porque me sentí atacada, porque me identifico con la mujeres que no se sienten seguras de poder caminar en la misma acera si viene un hombre, porque me identifico con el temor de los chiflidos y llamados en la calle de otros hombres en pleno día usando unos pantalones y sudadera, porque me identifico con la ansiedad de estar en un espacio cerrado donde esté un hombre de cualquier edad, porque me identifico con no poder salir en las noches sola porque en casa papá siempre me dijo que una mujer siempre tiene más riesgos que un hombre, porque me identifico con tener que llevar cambios de ropa o no poder usar lo que yo quiera para evitar miradas de otros hombres que no estoy buscando a pesar del calor que puede llegarse a sentir en una ciudad como Monterrey; me refiero a hombres porque no me ha tocado vivir ninguna de estas situaciones con mujeres.
Creo que lo que me enoja de este tipo de comentarios es la falta de sensibilidad, no he vivido algún abuso sexual ni físico, pero no necesito pasar por ello para exigir que a otros no les pase. Y es por eso que aunque no haya vivido algo ni remotamente tan difícil como otras mujeres lo han vivido, seguiré luchando con ellas, porque solas no están.
Ser empáticos puede ser todo un reto, creo que me puede resultar hasta natural ponerme en el lugar del otro porque se lo que se siente hacerse chico y creerse que no hay un lugar para uno, se lo que es quedarse callada.
Está persona que comentó hizo referencia a que las feministas pidieron libertad para enfrentarse al mundo como siempre lo han hecho los hombres, ¿que te hace pensar que las mujeres tampoco se han enfrentado al mundo? ¿Que te hace pensar que los hombres son más?
Este movimiento me ha despertado. Este movimiento me ha enseñado a no quedarme callada otra vez.
