Gracias por preguntar

De unos días para acá empecé a vivir las consecuencias de mis acciones, me alegra decir que ha resultado mucho mejor de lo que esperaba. Mi rutina cambio, y por ende mi percepción del presente. Entendí que la vida está bien, que en estos momentos lo tengo todo para ser; antes no me permitía disfrutar de la sensación de tranquilidad porque automáticamente me dejaba llevar por la idea de que si las cosas salían bien era porque algo malo se avecinaba, sin embargo después de terapia y mucho trabajo interno probé decir en voz alta que me gusta lo que estoy viviendo y sintiendo, y que lo que vengan después están fuera de mi control. Definitivamente no dejo de estresarme o de sentir ansiedad ante la incertidumbre, pero he aprendido a identificar cuando el pensamiento me abruma y ponerle un alto. Volví a ver a un amigo y me recordó lo importante que es rodearte de las personas adecuadas, son aquellos con los que puedes sentarte a platicar un rato y te recargan de energía, son con los que olvidas lo que te preocupaba y cuando regresas a casa te sientes ligero. Recordé que necesito confiar más en mis sentidos, hacer mas cosas y no solo quedarme en las ideas, porque la vida es esto que pasa mientras escribo, mientras observo, mientras escucho. El mundo no es perfecto ni justo, y cada uno tiene herramientas diferentes a su alcance para enfrentarse a el, intentaré llegar al futuro sin vergüenza como le he escuchado mencionar a Diego Ruzzarin. 

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