Me emocionan los 30

El 2020 fue un año donde sentí que las cosas a mi alrededor flotaban, planeaba para un mes porque no tenía seguridad del futuro. Antes de que comenzara la pandemia yo tenía pensado mudarme con mi novio; meses atrás había invertido en todo lo relacionado a educación financiera y contaba ya con un ahorro para una casa, un fondo de emergencia que apenas tenía una quinta parte de mi meta e incluso tenía apenas mil pesos ahorrados para mi jubilación. Confirmo que invertir en cursos y asesorías para hacer un presupuesto me permite ahora vivir con mucha paz, no vivir al día era algo que me había puesto de meta desde que comencé a trabajar, buscaba sentirme segura con mis medios y el dinero era mi herramienta. Llevamos poco más de 6 meses viviendo juntos, hemos sido bastante afortunados porque construimos nuestro departamento en un terreno a nombre de mis papás, el apoyo que hemos recibido de nuestras familias es algo que no termino de creerme, porque aunque donde vivimos no nos pertenece si se convirtió en nuestro impulso para crear algo para nosotros, de hacer planes responsables. Mis prioridades cambiaron, sobretodo ahora que me toca comprar cosas por las que antes no me preocupaba cuando vivía con mis papás, a veces lo resiento cuando salgo con mis amigos, porque tengo un presupuesto para mis compromisos del mes y metas personales, entonces cuando ellos planean viajes me duele saber que no puedo mover tan libremente mis números sin afectar lo que ya tengo considerado. Aunque el departamento solo consiste de un cuarto, cocina, baño y una terraza, en realidad es todo lo que necesito en este punto de mi vida, basta para nosotros dos, la gatita y el perro. Sigo aprendiendo sobre finanzas, si una vez me salvaron, me pueden seguir salvando, la regla es muy simple: no gastes más de lo que ganas, pero sé que en la práctica es un reto que con mucho esfuerzo puedes superar. Tengo 26 años, y mis metas están mucho más claras, ya estoy empezando a hacer planes anuales sabiendo que pueden cambiar (cómo me lo enseño la pandemia), llegar a los 30 me entusiasma, porque no es un fin, es solo un número diferente y hay muchas cosas que quiero hacer, lo que necesito es aprovechar el tiempo y las herramientas que tengo.

No está de más recomendar quienes mejor me enseñaron de finanzas personales en Instagram:

Barbara Millote (@barbara.millote) me brindó una asesoría personalizada y sigo usando su hoja de Excel de Presupuesto y Movimientos.

Perro Financiero (@perro.financiero) me educó en Ahorro, Inversiones y el manejo de la Tarjeta de Crédito, los cursos son a tu paso y a todos le pueden servir.

Adulting (@adultingmx) me brindaron consejos muy prácticos para mi Presupuesto y conocer otras herramientas de inversión que se adaptan mucho mejor a mi estilo de vida. No es excusa no tener dinero para aprender, porque cuentan con un podcast brutal que se llama “Maldita Pobreza” que no dejo de escuchar y recomendar.

Leticia Bandala (@micontavirtualmx) me ha enseñado a no tenerle miedo al SAT, y a invertir de manera inteligente mi dinero en los seguros que mejor apliquen a mi. Mi meta para el siguiente año es contratar uno de sus servicios para que me me ayude a entenderle mejor a los impuestos.

Ximena (@checkupfinanciero) es de las mejores asesoras de seguros, he cotizado en diferentes y con ella me sentí tranquila, me escuchaba sin la intención de querer venderme, su preocupación es genuina. Ya me estoy poniendo la pilas para terminar de liquidar unas deudas que adquirí y comprar mi primera póliza de Seguro de Gastos Mediocos Mayores (SGMM)

Usemos la información y las plataformas a nuestro favor. Jamás es mala idea invertir en uno mismo.

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